Qué es Mygrium®

Mygrium® es un complemento alimenticio con una combinación de ingredientes activos que contribuye a la protección de las células frente el estrés oxidativo y al funcionamiento normal del sistema nervioso. Además, contribuye a la síntesis normal y al metabolismo de las hormonas esteroides, la vitamina D y algunos neurotransmisores.

Contiene una combinación óptima y estudiada de polifenoles del olivo y flavonoides, cuidadosamente seleccionados que, según una amplia bibliografía, ejercen una actividad antioxidante y antiinflamatoria.

Una teoría sobre la causa de la migraña es que se trata de un trastorno del sistema nervioso central (SNC). En la migraña, varios estímulos pueden causar una serie de eventos neurológicos y bioquímicos que afectan el sistema vascular del cerebro.

La migraña consiste en un trastorno multifactorial con una gran cantidad de mecanismos involucrados en los que la oxidación y la inflamación son fundamentales.

Mygrium® incorpora vitamina C que, según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), contribuye a la protección de las células contra el estrés oxidativo y al funcionamiento normal del sistema nervioso.

También incluye vitaminas cofactores del grupo B, que intervienen en el metabolismo de carbohidratos, lípidos y proteínas y en cientos o miles de reacciones enzimáticas esenciales para la vida, que reducen la velocidad en ciertas situaciones de desequilibrio.

Esta es la razón por la que su presencia en Mygrium® es muy importante, dentro de este objetivo de favorecer la homeostasis celular.

Estas vitaminas del grupo B son más efectivas si están juntas y funcionan de manera sinérgica.

La tiamina (B1), la riboflavina (B2), la niacina (B3) y la piridoxina (B6) contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso. La riboflavina (B2) también contribuye a la protección de las células frente al estrés oxidativo.

El ácido pantoténico (B5) contribuye a la síntesis normal y al metabolismo de las hormonas esteroides, la vitamina D y algunos neurotransmisores.

Las vitaminas B3 y B6 participan en la regulación bioquímica de cientos de alteraciones o trastornos y en un mayor número de reacciones que el resto de las vitaminas en ese grupo.

La falta de vitamina B1 (tiamina) ha demostrado reducir el metabolismo de la serotonina en el sistema nervioso central, mecanismo muy importante en la migraña.

En cuanto a la vitamina B2 (riboflavina), es la que más se ha investigado en la migraña y sus síntomas (“High-dose riboflavin treatment is efficacious in migraine prophylaxis: an open study in a tertiary care centre”; Boehnke et al.; European Journal of Neurology; 2004).

La reducción interictal del potencial de fosforilación en el cerebro y los músculos de los migrañosos por la riboflavina ha sido demostrada previamente (“Abnormal brain and muscle energy metabolism shown by 31P magnetic resonance spectroscopy in patients affected by migraine with aura”; Barbiroli B. et al.; Neurology; 1992).

Hay evidencia de que la riboflavina (vitamina B2) reduce la frecuencia de los ataques de migraña (“Supplementation with Riboflavin (Vitamin B2) for Migraine Prophylaxis in Adults and Children: A Review”. Namazi N et al.; Int J Vitam Nutr Res; 2015).

La riboflavina está involucrada en la transferencia de electrones en reacciones de oxidación-reducción. Los pacientes con encefalomiopatía mitocondrial, acidosis láctica y episodios de apoplejía también muestran un metabolismo reducido en las mitocondrias y experimentan dolores de cabeza tipo migraña, que se han visto aliviados por la riboflavina. (“NADH-CoQ reductase deficient myopathy: successful treatment with riboflavin”; W.F. M. Arts; The Lancet, vol. 2; 1983).

Schoenen et al. (1998) investigaron el uso de riboflavina entre pacientes con migraña basándose en la hipótesis de que un metabolismo de oxígeno alterado puede contribuir al desarrollo de ataques de migraña.

El estudio reportó que aproximadamente un 59% de los pacientes de migraña mostraron al menos un 50% de la reducción de los síntomas. Se concluyó también que la riboflavina es una buena opción para la profilaxis de la migraña debido a su elevada eficacia y excelente tolerabilidad.

En EE.UU. un estudio aleatorizado, controlado con placebo (48), en ambos grupos de pacientes que recibieron dosis bajas o altas de riboflavina se obtuvo una reducción significativa en el número de ataques de migraña y en el número de días con migraña. (Maizels M. et al; 2004).

Otro estudio sugirió que la riboflavina puede ser efectiva en el tratamiento de la migraña (M. Condó et al., 2009). El estudio informó que el 68,4% de los pacientes con migraña tenían una reducción del 50% o más en la frecuencia de los ataques de migraña y el 21% en su intensidad.

Boehnke et al. (2004) demostraron la eficacia de la riboflavina en pacientes con migraña. El estudio también informó una reducción (? <0.05) en la frecuencia de cefalea desde 4 días/mes al inicio hasta solo 2 días/mes después del uso de riboflavina, pero no hubo cambios en la duración o la intensidad del dolor de cabeza experimentado.

“Riboflavin has neuroprotective potential: focus on Parkinson’s Disease and Migraine”; Marashly ET; Front Neurol. 2017: «En conclusión, la riboflavina es un potencial agente neuroprotector que afecta a una amplia gama de trastornos neurológicos ejemplificados por la EP, un trastorno de la neurodegeneración y la cefalea migrañosa, un trastorno del dolor».

También una relación entre la co-enzima Q10 y la riboflavina (Markley HG. “Coenzyme Q10 and riboflavin”: The mitochondrial connection; Headache; 2012”).

La vitamina B3 (niacina) también tiene participación en la formación de la serotonina.

La vitamina B6 (piridoxina) también es relevante para la síntesis normal de la cisteina. La cisteína es parte del glutatión, esencial para que la enzima GPX desarrolle su actividad.