Los estados de ánimo

La ansiedad y otros

La adecuada gestión de nuestros estados emocionales es clave para nuestro bienestar. Para mantener una función cerebral adecuada es necesaria una buena regulación del equilibrio entre la transmisión sináptica (comunicación entre las neuronas) excitatoria e inhibitoria del sistema nervioso. Esta regulación tan precisa se logra con la liberación de las dosis adecuadas de neurotransmisores de uno u otro tipo en los puntos de contacto entre las neuronas, las sinapsis. Cuando ese equilibrio se rompe, aparecen problemas aparentemente tan diferentes como ansiedad, depresión,

La serotonina, la noradrenalina, la adrenalina y la dopaminas participan en numerosos procesos corporales, pero con clave en los mecanismos que rigen los estados de ánimo, la ansiedad, el miedo, la angustia y la agresividad.

Se ha podido asociar principalmente la serotonina como la “hormona de la felicidad”, debido a que problemas en sus niveles centrales provoca trastornos del estado de ánimo, conducta y memoria.

La ansiedad es una reacción fisiológica en la que nuestro organismo actúa para hacer frente a situaciones que le generan estrés. El estrés puede surgir por distintos motivos, incluso influenciados por cierta predisposición genética. Entre los más comunes encontramos las tensiones derivadas del trabajo, estudios, embarazo, los problemas familiares, las dificultades económicas, la deficiente gestión de la inteligencia emocional y muchos otros.

Se estima que el 15 y el 25% de los pacientes de atención primaria padecen trastornos de ansiedad. En términos generales, la ansiedad es más común en mujeres de 40-55 años y suele estar asociada a la depresión, la ira, el miedo o la tristeza.

La meditación, el yoga, dietas específicas y la toma de complementos nutricionales que actúan sobre marcadores asociados a la ansiedad y/o la depresión son útiles. Numerosos estudios científicos indican la importancia eje intestino-cerebro que está detrás de desórdenes autoinmunes y psicológicos. En base a estas sabemos que determinados microorganismos intestinales son capaces de producir sustancias que funcionan como neurotransmisores en el cerebro. De ahí que se estime que el 95 % de la serotonina (sustancia relacionada con la felicidad y el buen humor) que produce nuestro organismo proviene de los intestinos.

La evidencia publicada en los últimos años relaciona un estado antioxidante total reducido con el desarrollo de trastornos como la ansiedad. En estos momentos se sabe que el estrés oxidativo genera inflamación, pérdida de la plasticidad neuronal, etc. Por este motivo, se consideran de valor los efectos antioxidantes de los tratamientos convencionales. Estos ayudan a eliminar el estrés oxidativo y sus consecuencias y protegen del daño producido en las neuronas.

El balance del estrés oxidativo, la preservación y la optimización de la función antioxidante son aliados para el tratamiento convencional de la depresión y el cuidado del estado de ánimo.
Un estudio publicado en 2016 (Oxidative stress and antioxidant parameters in patients with major depressive disorder compared to healthy controls before and after antidepressant treatment: results from a meta-analysis; Jiménez-Fernández S J Clin Psychiatry. 2015) que consistió en un review de toda la bibliografía existente sobre el estrés oxidativo y su papel en la gestión de los comportamientos psicológicos confirmó que, “la depresión es una etiología multifactorial con implicaciones sistémicas que debe abordarse de una manera amplia y en donde el estrés oxidativo juega un papel determinante. La actividad antidepresiva puede ser mediada a través de la mejora de la función estrés oxidativo / antioxidante”.

Este meta-análisis incluye 29 estudios donde se compararon los marcadores antioxidantes y de estrés oxidativo de personas con depresión, con los de controles sanos antes y después del tratamiento con antidepresivos. En total se incluyeron 3.961 personas. Representa el primer trabajo detallado de estas características que se publicó en el mundo. Los científicos pudieron comprobar que, tras el tratamiento farmacológico convencional de una depresión, los biomarcadores de estrés oxidativo se normalizan, además de mejorar los niveles de antioxidantes endógenos.

Se sugiere extender al campo del tratamiento de la depresión, el manejo del estrés oxidativo y de la inflamación de modo coadyuvante. Otro estudio (“Association between oxidative stress and psychosocial processes in the elderly”; P. Mayoral-Babiano et al. Revista Española de Geriatría y Gerontología; 2005), indicaba la interrelación entre el estrés oxidativo y los procesos cognitivos, emocionales y sociales, así como la relación entre las variables biológicas y psicológicas.

“Existen correlaciones significativas entre la satisfacción con el ambiente residencial y los oxidantes y antioxidantes”.

“Al disminuir la peroxidación de las membranas se favorece la comunicación celular, se retrasa o revierte la inmunosenectud y mejora la salud a través de su impacto positivo en el sistema inmunitario y en la regulación neuroendocrina, lo que contribuye a una mayor calidad de vida y, en particular, a la prevención y la mejoría de la enfermedades degenerativas mediadas por el sistema inmunitario”; (De la Fuente M, Victor VM. Anti-oxidants as modulators of immune function; Immunol Cell Biol, 78 (2000))

Mygrium® contiene vitaminas B1, B2, B3 y B6, que contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso. La vitamina C contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo y la vitamina B5 contribuye a la síntesis y al metabolismo normal de algunos neurotransmisores. Además de estas vitaminas fundamentales para nuestro estado de ánimo, Mygrium® contiene una formulación equilibrada de polifenoles naturales con una potente actividad antioxidante y anti-inflamatoria que, según una amplia bibliografía médico científica, contribuye a mantener el balance del estrés oxidativo.